Hermosa mía, ya sé qué eres. Mi contemplación que persiste, mi luna y sus mareas, mis diques, mis risas y sus lágrimas, mis noches, mis bosques y sus aromas, mis riquezas, mi opio y su antídoto,mis mordeduras, mis ventrículos y sus aurículas, mis equipajes, mis soles y su Oriente, mis dudas, mis aciertos y sus preguntas, mis océanos, mis tesoros y sus barcos, mis verdes, mis flores y sus mariposas, mi planeta, mi sustento y sus raíces, mis pensamientos, mi alma y su infinito. Todas estas esencias son tú, y aún siendo tantas cosas, amor, cabes en mi pecho.